Aún sin secretari@ el DRNA.

Es imposible, con la tecnología existente, pronosticar si habrá temblores de mayor magnitud en la isla, pero sabemos que las placas terrestres están en movimiento y estos movimientos están afectando a Puerto Rico y al Caribe. Tampoco es posible pronosticar un tsunami y existiendo esa incertidumbre es responsabilidad del estado estar preparado y mantenernos informados para actuar en caso de una emergencia. Pero el estado también tiene la responsabilidad de prevenir a través de su política pública cualquier daño a la vida de los ciudadanos y a la infraestructura del país y eso se hace a través de la prevención.
Por muchos años el DRNA se ha hecho de la vista larga ante proyectos de construcción en la zona marítimo terrestre y en zonas de alto riesgo geológico. Esta irresponsabilidad institucional es la causante de que miles de personas se vean afectadas cada vez que ocurren inundaciones, huracanes, terremotos y otros eventos naturales. El DRNA es la agencia que está llamada a administrar y manejar los recursos naturales de Puerto Rico y de cómo la sociedad puertorriqueña interactúa con ellos. Y si algo se refleja de este momento histórico, es la incapacidad que ha tenido el DRNA como agencia a llevar a cabo su rol y su responsabilidad constitucional.
Con el Proyecto del Senado 859 quedaron consolidadas bajo el DRNA: la Junta de Calidad Ambiental (JCA), la Administración de Desperdicios Sólidos (ADS) y Parques Nacionales, y aunque Parques Nacionales no juega un rol protagónico en la vida de los puertorriqueños las otras tres agencias si juegan un papel importante en nuestras vidas. Entonces es justo preguntarnos; ¿quién está a cargo del DRNA y que está haciendo para ayudar ante esta crisis que le tocó vivir a los puertorriqueños?
Cuando visité uno de los campamentos improvisados, levantado por las mismas personas afectadas por los temblores en el sur de la isla, vi varias cosas que me llamaron la atención, pero una en particular me preocupó inmediatamente. En el campamento había un fuerte olor a plástico quemado. Este olor era causado por la basura que se estaba quemando para que no se acomulara. Según las personas a cargo del campamento esta fogata funcionaba también para repeler los mosquitos. La mayoría de la basura que se estaba quemando eran botellas de agua vacías y empaques plásticos. Ya sabemos cuán perjudicial puede ser esto para la salud, pero para ellos era la única forma de atender la situación. Este pequeño detalle muestra la poca o ninguna gestión de la JCA o de ADS para orientar y ayudar en el manejo de los desperdicios sólidos generados en los campamentos de las zonas afectada.
Es importante señalar la poca participación que ha tenido el DRNA en cuanto a información a la ciudadanía se refiere. Y aunque no ha habido un tsunami, la probabilidad de que suceda cada día se hace más alta y el impacto a nuestras costas y las comunidades que viven en ellas sería por demás catastrófico.
En varias semanas entraremos al periodo de sequías y fuegos forestales, y en varios meses entramos nuevamente a la época de huracanes y no vemos movimiento que nos haga pensar que el DRNA estará preparado. El rol administrativo y educativo que tiene el DRNA como la agencia de mayor rango en cuanto a la administración de los recursos naturales de Puerto Rico es demasiado grande como para que sigan echándole a un lado y no poner el interés que merece. Usemos esta experiencia para avanzar como sociedad y trazar la nueva ruta hacia un Puerto Rico más consciente de sus realidades y sus condiciones.
Andrés Rúa González
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